Resiliencia ante la adversidad
Lunes 28 de julio
Proverbios 24:16 (NIV)
"Porque el justo puede caer siete veces Y levantarse de nuevo, Pero el impío caerá por calamidad".
Devoción
Tanto los justos como los injustos se enfrentan a adversidades, pruebas y reveses, pero los justos seguirán superándolos. ¿Qué tienen los justos que les permite levantarse una y otra vez? ¿De dónde viene esta resistencia?
En primer lugar, debemos entender que la justicia es imputada a los creyentes a través de la fe. Somos declarados justos a los ojos de Dios porque Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. En la fe miramos a Jesús como nuestro salvador y así ponemos nuestra esperanza y confianza en él. Esperar en él puede aportarnos una fuerza renovadora que nos eleva por encima incluso de las peores circunstancias. Isaías 40:31 dice: "Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Levantarán alas como las águilas. Caminarán y no se cansarán, correrán y no se fatigarán".
Es poco probable que nunca nos enfrentemos a un fracaso o caigamos de alguna manera. Las dificultades, los reveses y los problemas forman parte de la vida. Salmos 37:24 declara que "Aunque caiga, no será abatido del todo, porque el Señor lo sostiene con su mano". Verdaderamente la presencia del Señor en la vida del justo, Su mano, y Su bendición es lo que levanta al justo una y otra vez. Tenemos un padre amoroso que cuida de nosotros y que es fiel para levantarnos una y otra vez.
Al igual que cuando éramos pequeños y aprendimos a andar por primera vez, las caídas forman parte de un proceso de aprendizaje. Una caída puede ser un recordatorio de la misericordia de nuestro salvador, de su amorosa bondad, y puede darnos empatía por las debilidades de los demás. El fracaso no define quiénes somos, sino que puede ayudarnos a ver quién es nuestro Dios y que Él es capaz de ayudarnos en nuestros momentos de necesidad. El Señor puede "hacer que todas las cosas ayuden a nuestro bien para aquellos que son llamados de acuerdo a su propósito" Romanos 8:28.
Oración de hoy
Querido Padre Celestial,
Confieso que, en este momento, a menudo no veo cómo todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios. A veces incluso dudo y me irrito con la gente que cita ese versículo como una especie de panacea. ¡Oh Dios! Aumenta mi fe. Aumenta mi amor por Ti. Ayúdame a cumplir mi vocación de acuerdo con Tu propósito. Guárdame de la tentación, para que cuando caiga, rara vez sea en pecado, sino en algún otro tipo de prueba, y ayúdame a obedecer y considerarlo pura alegría. Ayúdame a ser un buen ejemplo para los demás y dame sabiduría para que pueda usar mis fracasos como testimonio de Tu gracia y fidelidad. En el Nombre de Jesús, te lo ruego. Amén.
Aplíquelo hoy mismo
Si una "caída" implica pecado, es importante confesarlo y apartarse de él para encontrar el perdón y ser restaurado. El que esconde su pecado no prosperará. (Proverbios 28:13) Este principio también se aplica a menudo cuando sufrimos reveses de otro tipo y necesitamos ayuda para arreglar las cosas. Cuando otra persona necesite esa ayuda, ama a tu prójimo como a ti mismo. Procura ser un cónyuge que ayude al otro a levantarse sin ridiculizarlo. Procura ser un padre que guía con gracia y verdad. Busca ser un amigo o colega que sea honesto sin derribar a la otra persona. Pídele a Dios en oración gracia en los momentos de necesidad de los demás y no sólo en los tuyos.
Recursos
- Mira este breve clip, "Confiando en el Plan de Dios", y ten la seguridad de que Sus planes para ti son buenos.
- Acción: Anime a alguien esta semana que esté luchando. Comparta un testimonio de la fidelidad de Dios en sus propios contratiempos.